sábado, 6 de agosto de 2011

Almazán

sábado 30 de julio

Nos encontramos en la mañana con el anuncio de la anticipación de elecciones en España. En Almazán las cosas no pintan bien, los funcionarios no toman el teléfono y nunca han respondido un correo. El camino es largo y por el descanso del conductor tenemos que parar, inesperadamente, en Burgo de Osma, una ciudad mediana. Paramos en una estación de servicio y nos bajamos a preguntar el menú. La señora muy nerviosa vocifera preguntando cuántos somos. Al entrar más gente del grupo la señora, se descompone y grita; una actriz que desconoce el ánimo de la patrona, sacada de El Quijote, corre una mesa y la señora la insulta. La calmamos y comemos. Pero no entendemos cómo en un país en crisis alguien puede desdeñar un grupo que llega en un bus. Llegamos al tal Almazán sin saber a quién recurrir. Las calles estrechas hacen que tengamos que dejar el bus a las afueras. Observamos una iglesia con el título de Casa de la Cultura, y le preguntamos a la única persona que asoma a esas horas. Le explicamos el aprieto y coincidencialmente es el periodista del pueblo, quien llama, después no enteramos, al mismísimo Alcalde, quien preocupado por el relato del periodista sobre un grupo perdido en su villa, manda al Concejal de Cultura. Vamos a la Plaza del Ayuntamiento y el olor fétido de las alcantarillas se impone en la atmósfera. La plaza es muy bella y sabemos que en ese mismos lugar se presentó La Barraca de Lorca, unos dicen en el 34 otros en el 35. De un coche de una Auto Escuela se baja el encargado de cultura, un personaje que trata de ser simpático sin éxito, quién supuestamente extrañado, reclama un por qué no habías llamado. Le recriamos su falta de gestión, ya que él tiene nuestro teléfono y nosotros solo tenemos el del Ayuntamiento, en el que un sábado nadie responde. Cuando pregunta por el resto del grupo, le decimos que tirado por el pueblo. Aparece un policía y el bus estaciona justo frente al lugar donde se presentó La Barraca. Comen los que no lo hicieron en Burgo de Osma y descansamos. Después vamos al tablado y todo son malas noticias. El genio de la Auto Escuela, ha dispuesto una planta eléctrica para proporcionarnos, la supuesta enorme carga de nuestros equipos, con un motor infernal que produce 32.000 wats, y un ruido inimaginable. Tratamos de conectarnos a otras fuentes pero todo son problemas. Le aclaramos al memorable personaje de la cultura, que no somos un ballet, ni una orquesta; somos actores que hablamos. Él cree que con los micrófonos todo se soluciona, pero efectivamente, los altavoces también capturan el sonido del motor y lo aumentan. Le sugerimos que si por las remodelaciones de la plaza era esto necesario, ha podido poner el motor a un costado de un edificio, no justo detrás del escenario. Cuando ruedan cine es igual, las plantas se colocan alejadas del set. Pero el personaje está más dedicado a la cerveza y a coquetear con los actores que dispuesto a solucionar problemas. Aparece una despedida de solteros con una murga de sombreros de cocineros y la novia pide subir al tablado para anunciar su boda; hacemos de maestros de ceremonias y la novia es bastante sosa; solo dice, con su voz aguda: ¡que me caso con Juan!. Al final el ayuntamiento, no nos pone ni agua, se convocan los espectadores y comenzamos en medio del ruido a actuar. ¿Qué entendió la gente? no sabemos. Pero la mayoría de espectadores se mantuvieron atentos. Desarmamos, cenamos magníficamente y nos entregamos a una ciudad sabatina muy animada. Almazán es un portento de paisajes, murallas, judería, calles empedradas. Algunos nos unimos a la despedida de solteros; una banda toca realmente bien un amplio repertorio con temas tradicionales españoles, boleros y hasta ABBA. Los hombre son muy pintorescos y pese a que toman mucho, mantienen un ánimo sosegado y amistoso. Han impreso camisetas para la boda, donde expresan, irónicamente, sus sentimientos de pesar por la pérdida del amigo. A pocas cuadras las chicas despiden a su amiga en un bar que ha acondicionado un toro mecánico. El bus queda al lado de lugar donde actuó La Barraca y por el calor no podemos dormir tan placidamente.