domingo, 31 de julio de 2011

Palencia

Martes 26
Día de malentendidos con la reserva del hotel, según nuestras cuentas dormiremos 3 noches en Palencia, dos en un hotel y por cosas de los ayuntamientos, la noche de la mitad en otro albergue de estudiantes; tratamos de enmendar los traslados sin éxito. Al final tenemos que irnos a un albergue, después de estar alojados a 300 metros del lugar de presentación. El albergue es un seminario. Los desplazamientos los hacemos escoltados por la policía, ¡como que no tienen más que hacer! En el seminario hay un grupo de estudiantes de campamento de verano y unos coreanos, como jugamos futbol, ellos piden reunión urgente de coordinadores de grupo, para planificar el uso de las canchas. En la tarde salida a la plaza de San Francisco donde nos presentaremos, nuevamente llegamos escoltados por la policía, como si fuéramos el Real Madrid. En la plaza, muchos problemas: los funcionarios que tanto molestan ya ni toman el teléfono; estos son de los que curiosamente tienen cita con el médico a eso de las 3 de la tarde, ya nos han tocado varios. Después que nos habían prometido equipo de sonido y luces, y de haber concertado incluso horario par la prueba de sonido, ya que a otra hora molestamos el servicio en la iglesia de San Francisco, nos damos cuenta que no tienen nada y todo lo tenemos que poner nosotros. Llega un señor del ayuntamiento y nos ayuda a conectar los equipos. El tal ingeniero de Ribadavia había conectado todo mal y por eso nos habían pasado corrientasos en Miranda de Ebro. Rezamos a San Francisco y por suerte no se queman los equipos. Los mendigos llegan a trabajar de manera puntual al lado de los camerinos. Para colmo, llegan unos reporteros de Televisión Española, y ya se sabe que con cámaras nada sale bien. El día libre redunda en que tenemos más energía para la función. Llegan los que ponen sillas, un poco displicentes, anuncia que teníamos camerinos, pero la señora que tanto habla, no fue clara y utilizamos el de los mendigos. La llave no se encuentra y por suerte, por que el cambuche de madera huele a orines. La noche templada anima al público a venir; empiezan a llegar viejitos y literalmente se llena la plaza. Desde un comienzo la gente se conecta. Unos petardos son justificados en la escena de Vitoriano y sus amigos, las campanadas coinciden con los textos de Eritea, la gente se ríe y todo se convierte en una comunión entre público y actores. Cuando la obra gira hacia su aspecto místico la iglesia al fondo se conecta y San francisco aporta oraciones. La gente de los bares, ahora se une a los espectadores y más y más gente. Al final, simplemente los espectadores no se quieren ir de la plaza. Muchos elogios. Un colombiano que hace danza dice que envidia por la energía de los actores. Los fríos funcionarios de las sillas ahora son nuestros aliados. A los de la Televisión Española, que para una nota de 4 minutos pasarán todo un día con nosotros, se le acaba la pila de tomar testimonios de los espectadores y nos elogian. Termina quizá una de las mejores funciones hasta ahora. Queda la sensación que todo texto fue abierto en el sentido correcto. Llegamos al albergue, el conductor eufórico mete el bus por una puerta muy estrecha que al medio día había evitado, como refrendando la sensación de que hoy todo sale. Arroz tres delicias, pescado y un brindis corto muy sincero.