sábado, 6 de agosto de 2011

Valdemoro

Miércoles 3 de agosto
Presentación en una penitenciaría cercana a Madrid. Una cárcel como las otras, salvo que sus corredores largos, nos amedrentan; tienen la típica sala donde el abogado habla a través de un vidrio y locutorio. El personal que nos atiende es menos pintoresco que en otras penitenciarías, quieren todo el tiempo escuchar música dentro de la sala. El de la música es muy parecido a Puyol, un portugués que está detenido por una riña. A su lado un viejo muy elegante que tiene una pena de veintitantos años, es decir, algo más que una riña. El director de la cárcel es muy simpático y nos recibe en persona. El equipo de Televisión Española, que nos tiene como preferidos, también entra a la cárcel y hace tomas para otro documental. En la mitad de la representación se tira un espontáneo al escenario; el preso tiene igual nombre que un fulano al que apelan los personajes de la obra.




Todos nos quedamos fríos y los actores no saben cómo reaccionar. Esta es la primera vez que un espontáneo se nos sube a un escenario. El tipo no logra que la sala se ría y rápidamente baja. La situación hubiese sido delicada si se tratara de una escena femenina, por suerte solo quería hacer una broma. El equipo de Televisión Española también queda atónito; nos cuentan que en esta penitenciaría está uno de los presos más emblemáticos de España. Los comentarios constantes a los textos de la obra son muy simpáticos. Al final el propio director nos trae flores y maticas. Noche libre en Madrid, los actores se dirigen hacia el centro pero se encuentran con el movimiento 15 M que trata de entrar a un Sol rodeado por la policía. Por segunda vez no pueden conocer la Plaza Mayor. Se impresionan por la manera como la gente esculca, o merca, en los contenedores de la basura. Comida en el restaurante Wok y nos tumban plata gracias a un sutil juego idiomático en la carta.

Salas de los Infantes

Martes 2 de agosto

Llegamos a un pueblo en la Sierra de la Demanda, no muy agraciado pero vivo; nunca cesan de pasar camiones y carros. Siempre han vivido de la madera y la agricultura, no de la especulación inmobiliaria, por lo que han aguantado mejor la crisis. Amenaza lluvia y ya se valora la posibilidad de pasar la función de un parque al interior de la casa de la cultura. Nos alojamos en una casa rural magnífica dispuesta en lo que era una botería o fábrica de botas. Después de comer en un restaurante con mesera caleña, cuyo esposo se fue ya ha trabajar a Cartagena y ella pronto escampará la crisis en Colombia, descansamos un poco. Salimos ha surtir la casa rural para la noche y el aguacero nos ratifica que las predicciones metereológicas no se equivocan. Entramos a lo que antes era la mejor discoteca de la comarca, según cuentan, incluso venían de Burgos a bailar; ahora es un Club Municipal polvoriento, donde las vecinas se reúnen a jugar cartas. Los organizadores se ilusionan con que nos presentemos en el parque, pero cuando insistimos en que si se mojan los equipos sería desastroso, aceptan realizarla adentro. Trapeamos la otrora pista de baile, y el club, pese al polvo, no ha perdido cierta alcurnia. Nos encontramos con telones negros, reflectores, extensiones, que nos caen como anillo al dedo.






Como que todo está dispuesto para nosotros. Aparece la alcaldesa quien ayuda a bajar las mojadas sillas de madera que alcanza una retroexcavadora por la ventana. La mujer vital, pone ritmo a la puesta en escena; al menor problema aparecen electricistas, agua, cintas. Cuando el poder político apoya a los artistas las cosas se facilitan enormemente. El teatro de Moliere fue, en gran medida, posible gracias a Luis XIV, el de Calderón a Felipe IV, y La Baraca a la frustrada república. No es cuestión solo de dinero; una alcaldesa cargando sillas impone un ejemplo a los empleados y ciudadanos de la villa. La antigua discoteca queda maravillosamente adaptada a un teatro; al espacio con el que soñamos: la mejor sala de teatro de cámara. Llegan mucho público y la función resulta muy buena; el descanso, la sala y el apoyo político, hace que nadie quiera salir. Los aplausos son muchos; y nos relajamos. Cocinamos en grupo como en un gran paseo familiar.


Día libre en carretera

Lunes 1 de agosto

Día libre pero tenemos que viajar. Dormiremos cerca Soria, en un hotel de carretera. El viaje es largo. Paramos a comer en Villaroya de la Sierra, en el menú preguntamos: levanten la mano quienes repetirían una gira similar el otro año. Pocos levantan la mano; se siente cansancio y faltan aún varios días. El hotel de carretera es mejor de lo esperado; jugamos futbol y el equipo de Cupido gana por una margen estrecho. Después piscina, poco vino y muchas historias.

Teruel

Domingo 31

Viajamos rumbo a Teruel; en el bello camino nos encontramos con la imponente Molina de Aragón, con unas fortificaciones enclavadas en la montaña, tipo muralla china. La imponente Teruel es la capital de provincia más despoblada de España, con su torres mudéjar, el edificio de Gaudí, y una plaza del Torico renovada. Tenemos algo de miedo porque el ayuntamiento no pone sino la dormida. El problema en estos casos es la falta de compromiso de los ayuntamientos, porque creen que todo es gratis. Pero en este caso la señora encargada está muy comprometida y todas las indicaciones son certeras. El campus universitario es completamente nuevo, y las residencias son mejores que un hotel de tres estrellas. Nos encontramos con amigos, profesor y familiares que vienen desde Valencia a vernos. Nos presentamos en la Plaza de la Catedral, un marco único, delante de una torre mudéjar, al lado de una fuente. La función sale muy bien, unos gitanos comentan la obra al lado del tablado y tienen un resonador que opaca a los actores. Miramos a los comentaristas gitanos y ni se inmutan. Las imágenes salen preciosas y los comentarios de la crítica y los amigos muy positivos. Nel Diago, crítico teatral y amigo, lanza la frase más bella de la presentación:

Fumándome un habano Romeo y Julieta, al lado de los amantes de Teruel, veo a Plácida y Vitoriano: la última pareja de amantes es la que más ha valido la pena; es mejor creer en Venus que en los otros dioses.

Puede ser que con Almagro, Olite y Santander, la de Teruel es una de las funciones que más tensos nos pone, porque no ve gente especializada y que nos conoce. El encargado del ayuntamiento valora también muy positivamente la obra, dice que se nos entendió muy bien.



Al final de la noche, tenemos que volver a sacar las cosas en un carro pequeño hasta el bus, que no entra en el casco antiguo. Como es domingo y el ayuntamiento no nos da nada, coincide con que al terminar la función todo está cerrado y los actores se quedan hambrientos. Duele, pero un poco de dieta no está mal. Teruel, la ciudad fría, olvidada por España, epicentro de diputas políticas y territoriales, donde pasó Jaume I, Hemingway, la guerra Civil y ahora la Universidad del Valle. Una jornada para recordar.

Almazán

sábado 30 de julio

Nos encontramos en la mañana con el anuncio de la anticipación de elecciones en España. En Almazán las cosas no pintan bien, los funcionarios no toman el teléfono y nunca han respondido un correo. El camino es largo y por el descanso del conductor tenemos que parar, inesperadamente, en Burgo de Osma, una ciudad mediana. Paramos en una estación de servicio y nos bajamos a preguntar el menú. La señora muy nerviosa vocifera preguntando cuántos somos. Al entrar más gente del grupo la señora, se descompone y grita; una actriz que desconoce el ánimo de la patrona, sacada de El Quijote, corre una mesa y la señora la insulta. La calmamos y comemos. Pero no entendemos cómo en un país en crisis alguien puede desdeñar un grupo que llega en un bus. Llegamos al tal Almazán sin saber a quién recurrir. Las calles estrechas hacen que tengamos que dejar el bus a las afueras. Observamos una iglesia con el título de Casa de la Cultura, y le preguntamos a la única persona que asoma a esas horas. Le explicamos el aprieto y coincidencialmente es el periodista del pueblo, quien llama, después no enteramos, al mismísimo Alcalde, quien preocupado por el relato del periodista sobre un grupo perdido en su villa, manda al Concejal de Cultura. Vamos a la Plaza del Ayuntamiento y el olor fétido de las alcantarillas se impone en la atmósfera. La plaza es muy bella y sabemos que en ese mismos lugar se presentó La Barraca de Lorca, unos dicen en el 34 otros en el 35. De un coche de una Auto Escuela se baja el encargado de cultura, un personaje que trata de ser simpático sin éxito, quién supuestamente extrañado, reclama un por qué no habías llamado. Le recriamos su falta de gestión, ya que él tiene nuestro teléfono y nosotros solo tenemos el del Ayuntamiento, en el que un sábado nadie responde. Cuando pregunta por el resto del grupo, le decimos que tirado por el pueblo. Aparece un policía y el bus estaciona justo frente al lugar donde se presentó La Barraca. Comen los que no lo hicieron en Burgo de Osma y descansamos. Después vamos al tablado y todo son malas noticias. El genio de la Auto Escuela, ha dispuesto una planta eléctrica para proporcionarnos, la supuesta enorme carga de nuestros equipos, con un motor infernal que produce 32.000 wats, y un ruido inimaginable. Tratamos de conectarnos a otras fuentes pero todo son problemas. Le aclaramos al memorable personaje de la cultura, que no somos un ballet, ni una orquesta; somos actores que hablamos. Él cree que con los micrófonos todo se soluciona, pero efectivamente, los altavoces también capturan el sonido del motor y lo aumentan. Le sugerimos que si por las remodelaciones de la plaza era esto necesario, ha podido poner el motor a un costado de un edificio, no justo detrás del escenario. Cuando ruedan cine es igual, las plantas se colocan alejadas del set. Pero el personaje está más dedicado a la cerveza y a coquetear con los actores que dispuesto a solucionar problemas. Aparece una despedida de solteros con una murga de sombreros de cocineros y la novia pide subir al tablado para anunciar su boda; hacemos de maestros de ceremonias y la novia es bastante sosa; solo dice, con su voz aguda: ¡que me caso con Juan!. Al final el ayuntamiento, no nos pone ni agua, se convocan los espectadores y comenzamos en medio del ruido a actuar. ¿Qué entendió la gente? no sabemos. Pero la mayoría de espectadores se mantuvieron atentos. Desarmamos, cenamos magníficamente y nos entregamos a una ciudad sabatina muy animada. Almazán es un portento de paisajes, murallas, judería, calles empedradas. Algunos nos unimos a la despedida de solteros; una banda toca realmente bien un amplio repertorio con temas tradicionales españoles, boleros y hasta ABBA. Los hombre son muy pintorescos y pese a que toman mucho, mantienen un ánimo sosegado y amistoso. Han impreso camisetas para la boda, donde expresan, irónicamente, sus sentimientos de pesar por la pérdida del amigo. A pocas cuadras las chicas despiden a su amiga en un bar que ha acondicionado un toro mecánico. El bus queda al lado de lugar donde actuó La Barraca y por el calor no podemos dormir tan placidamente.

domingo, 31 de julio de 2011

Pola de Gordón

viernes 29 de julio

De regreso paso por la serranía de Gredos y divisando a Ávila y su imponente muralla. Pasamos por Babia, el lugar, donde, según la tradición popular, se encuentran los despistados. Los actores son sorprendidos por la vista de los Picos de Europa, las montañas que, desde la lejanía, anunciaban a los marineros españoles y franceses la cercanía de su continente. Subimos por el puerto estrecho y disfrutamos de los sofisticados paisajes leoneses. La Pola de Gordón es una localidad sin la belleza del pirineo aragonés ni de Asturias, pero el paisaje es curioso, con antiguas rocas marinas ahora modeladas por el viento, vestigios de encuentros entre placas tectónicas, y túneles que se enclavan en las montañas. El tablado dispuesto en la calle principal, es pequeño y sin posibilidad de un telón. La función empieza a parecerse al desastre de Alegría, niños que juegan futbol al fondo y nadie les llama la atención, sonidos de sillas, móviles, pero los curiosos niños de primera fila, y la mayoría de espectadores se concentra pese a la juventud irrespetuosa y desafiante. La brecha generacional es impresionante en algunos lugares de España, como que los adultos no tienen vínculo con sus nietos de varias generaciones abajo, y que pasan de todo. Versión reducida, para evitar decepciones. Alcalde agradecido y dormimos en un albergue retirado del pueblo y al lado de un cementerio.

Arenas de San Pedro

Jueves 28
Viaje al sur, a Arenas de San Pedro, una localidad dentro de la Sierra de Gredos, como la editorial. Viaje largo y un poco angustiados por las llamadas de Max, el encargado de cultura que ha convertido el Castillo del Condestable Dávalos en un escenario para cientos de personas. Comemos nos alojamos y vamos en la tarde a descargar; no recibimos claras indicaciones y empezamos a descargar. El bus ha entrado en un estacionamiento y empiezan unos viejitos a pitar. Tratamos de hacerlo muy rápido, pero de todas maneras es lento. Llega la policía a regáñanos, diciendo cosas como: ¡que no tenéis cabeza! ¡que pensáis¡ y nosotros, tranquilos les pedimos más respeto y que no somos ningunos tontos y que estamos siguiendo indicaciones de los concejales de cultura. La función la tenemos que hacer sin italiana, los actores muy confiados ya no ensayan: la función sale lenta, pero en los marcos de cierta calidad. Muchos aplausos y el concejal de cultura agradecido.

Urueña

Miércoles 27
Camino con el equipo de filmación de la Televisión Española, haciendo preguntas a los actores y gravando a nuestro bus lleno de ropa interior secándose. Llegamos a un pueblo cercano a Valladolid que llamado Urueña, una fortaleza que se levanta en una solitaria colina en medio de trigales y desde donde se divisan las montañas de León y de Madrid. Es un gran ejemplo de cómo una empresa cultural salva un pueblo. Hace poco más de diez años unos inquietos se inventaron una cuento, medio reforzado, de Urueña como capital del libro. La cosa finalmente cuajó. Construyeron un Museo del Libro, vinieron muchos libreros y editoriales, que por sus bajos costos, editan aquí sus colecciones y los mandan por Internet a las imprentas de Madrid. En el pueblo los libreros dejan en la calle los anaqueles solos con los precios de los ejemplares , y los compradores dejan el dinero en el mesón y se llevan su libro. Hacemos otras entrevistas y tomas para la televisión, mientras pedimos el menú pagado por nosotros. Por el clima, se cancela la función en el exterior y nos presentaremos dentro del Museo del Libro. Llegan muchos amigos de Valencia y desde Los Ángeles el profesor George Peale; el reputado investigador que sacó a Vélez de Guevara del ostracismo, con su esposa Margarita. Han hecho una paréntesis de sus vacaciones en Valladolid y han venido a vernos. En el museo todo es estrecho y hace tanto eco que nos ponemos nerviosos. Llega la hora de la función y aparecen tantos viejitos que tenemos que poner sillas hasta en los camerinos. El alcalde llega y se sienta en primera fila, el primer burgomaestre que nos honrra con su presencia: ¡que pena defraudar¡ Como nos habíamos presentado en la Casa del Valle, los actores ya están más diestros en el eco y en los públicos cortesanos. Nada hay en teatro como la experiencia y formar un actor depende, en gran medida, del fogueo en diferentes auditorios. Todo empieza a salir maravillosamente, las canciones suenan en el espacio Venus por primera vez es opacada por Mercurio que llega en el ascensor de cristal del museo, localizado a un costado del escenario. Un verdadero deux es machina. Aplausos y aplausos, la gente está frenéticamente feliz, nos dan regalos y el alcalde en persona nos invita a cenar; cena que no estaba presupuestada. Lo que no sabe el alcalde es lo peligroso que puede ser darle carta blanca a un tropa de hambrientos actores.





Presentamos al profesor Peale, que encima anuncia que el N,Y Times publicó la lista de las 10 librerías mas imprescindibles del mundo y Urueña es una de ellas. El Alcalde también invita a nuestros amigos a comer. A la final cena y vino abundantes. Muchas claves sobre Valladolid y Cervantes del profesor Peale, y la satisfacción de haber ganado la cena de lujo por nuestra representación.

Palencia

Martes 26
Día de malentendidos con la reserva del hotel, según nuestras cuentas dormiremos 3 noches en Palencia, dos en un hotel y por cosas de los ayuntamientos, la noche de la mitad en otro albergue de estudiantes; tratamos de enmendar los traslados sin éxito. Al final tenemos que irnos a un albergue, después de estar alojados a 300 metros del lugar de presentación. El albergue es un seminario. Los desplazamientos los hacemos escoltados por la policía, ¡como que no tienen más que hacer! En el seminario hay un grupo de estudiantes de campamento de verano y unos coreanos, como jugamos futbol, ellos piden reunión urgente de coordinadores de grupo, para planificar el uso de las canchas. En la tarde salida a la plaza de San Francisco donde nos presentaremos, nuevamente llegamos escoltados por la policía, como si fuéramos el Real Madrid. En la plaza, muchos problemas: los funcionarios que tanto molestan ya ni toman el teléfono; estos son de los que curiosamente tienen cita con el médico a eso de las 3 de la tarde, ya nos han tocado varios. Después que nos habían prometido equipo de sonido y luces, y de haber concertado incluso horario par la prueba de sonido, ya que a otra hora molestamos el servicio en la iglesia de San Francisco, nos damos cuenta que no tienen nada y todo lo tenemos que poner nosotros. Llega un señor del ayuntamiento y nos ayuda a conectar los equipos. El tal ingeniero de Ribadavia había conectado todo mal y por eso nos habían pasado corrientasos en Miranda de Ebro. Rezamos a San Francisco y por suerte no se queman los equipos. Los mendigos llegan a trabajar de manera puntual al lado de los camerinos. Para colmo, llegan unos reporteros de Televisión Española, y ya se sabe que con cámaras nada sale bien. El día libre redunda en que tenemos más energía para la función. Llegan los que ponen sillas, un poco displicentes, anuncia que teníamos camerinos, pero la señora que tanto habla, no fue clara y utilizamos el de los mendigos. La llave no se encuentra y por suerte, por que el cambuche de madera huele a orines. La noche templada anima al público a venir; empiezan a llegar viejitos y literalmente se llena la plaza. Desde un comienzo la gente se conecta. Unos petardos son justificados en la escena de Vitoriano y sus amigos, las campanadas coinciden con los textos de Eritea, la gente se ríe y todo se convierte en una comunión entre público y actores. Cuando la obra gira hacia su aspecto místico la iglesia al fondo se conecta y San francisco aporta oraciones. La gente de los bares, ahora se une a los espectadores y más y más gente. Al final, simplemente los espectadores no se quieren ir de la plaza. Muchos elogios. Un colombiano que hace danza dice que envidia por la energía de los actores. Los fríos funcionarios de las sillas ahora son nuestros aliados. A los de la Televisión Española, que para una nota de 4 minutos pasarán todo un día con nosotros, se le acaba la pila de tomar testimonios de los espectadores y nos elogian. Termina quizá una de las mejores funciones hasta ahora. Queda la sensación que todo texto fue abierto en el sentido correcto. Llegamos al albergue, el conductor eufórico mete el bus por una puerta muy estrecha que al medio día había evitado, como refrendando la sensación de que hoy todo sale. Arroz tres delicias, pescado y un brindis corto muy sincero.