sábado, 16 de julio de 2011

Guardo, una magnífica función


Sábado 16 Julio
Nos presentamos en el Guardo, cerca a Palencia, el camino es lleno de montañas y bosques. El pueblo vive de una termoeléctrica enorme. Están en la fiesta del Carmen y los encargados de cultura andan en las celebraciones y nunca los vemos. Vamos a la plaza donde nos presentaremos, todo apunta a un verdadero fracaso. Los invitados a una boda, se orinan discretamente al lado de nuestro escenario. Volvemos a la tarde y los de cultura del ayuntamiento no ponen ni agua, ni baños, ni electricista. En la plaza enorme, recién estrenada, unas banderas nuevas son las únicas acompañantes. Todo pinta a fracaso, no podemos subir el telón porque el viento es implacable, no hay luces. Decidimos irnos a tarima limpia; al final una del ayuntamiento, de mala gana trae una escalera, que salva los problemas de entrar y salir. Ponen sillas y colocan una camión al lado del escenario a manera de camerino. El retrovisor es nuestro único espejo. Pero empieza a llegar mucha, mucha gente. Se llenan las sillas dispuestas, colocamos los micrófonos pese al viento y empezamos. La gente atenta ríe y se conecta con la obra, entiende el verso; y del fracaso anunciado tenemos un placentero éxito. Una cigüeña se posa un par de veces en la iglesia trayéndonos la iluminación parisina. Muchos aplausos y comentarios de personas entendidas en teatro clásico. Un espectador excitado nos dice que el público español entiende a Encina a diferencia del inglés que no entiende la versión original de Shakespeare. Muchos en el Guardo no se quieren despedir de nosotros. En la noche, muy satisfechos por la función dormimos cerca de León, una cama generosa con vista a la catedral.